Durante décadas, el consenso científico y popular ha mantenido una visión dividida del trabajo en las primeras sociedades humanas: los hombres cazaban, mientras que las mujeres recolectaban. Pero una investigación reciente publicada en la revista Plos One desafía estas nociones tradicionales y tiene implicaciones profundas tanto para el entendimiento histórico como para las políticas de género contemporáneas.
Una nueva mirada
Un equipo de la Universidad de Washington y la Universidad del Pacífico de Seattle, liderado por la antropóloga biológica Cara Wall-Scheffler, ha arrojado nueva luz sobre este tema. En lugar de depender de resúmenes y narrativas comunes, el equipo revisó informes etnográficos originales, desde el siglo XIX hasta la actualidad. Su hallazgo más sorprendente: en el 79% de las sociedades estudiadas, las mujeres participaban en la caza. Además, esta caza era «intencionada», con las mujeres utilizando su propio conjunto de herramientas y estrategias, incluso para cazar animales de gran tamaño.
El impacto en los estereotipos
Estos resultados desafían no sólo estereotipos de género, sino también políticas contemporáneas que perpetúan roles «naturales» para hombres y mujeres. Sin duda que la visión del hombre como el «cazador natural» y la mujer como «recolectora» ha sido una base para justificar roles de género tradicionales y la creación de estereotipos perjudiciales a nivel histórico.
Sesgos de género en la ciencia
Los resultados del estudio son un avance en una línea de evidencia que ya venía construyéndose, señalando una mayor complejidad en la vida de las sociedades cazadoras-recolectoras. Randy Haas, antropólogo de la Wayne State University, apunta que el sesgo de género en las investigaciones anteriores ha llevado a la comunidad científica a pasar por alto pistas cruciales, incluso en sitios de entierro antiguos donde las mujeres también estaban enterradas con herramientas de caza.
Los hallazgos de este nuevo estudio no solo ponen en cuestión los estereotipos y las políticas de género, sino que también piden un enfoque más inclusivo y reflexivo en la investigación científica. «Las preconcepciones que todos tenemos realmente dan forma al resultado», dice Wall-Scheffler, subrayando la importancia de incluir diversas perspectivas para abordar nuevas preguntas. En definitiva, este estudio no sólo cambia nuestro entendimiento del pasado, sino que también nos da herramientas para construir un futuro más igualitario.