Neuralink es una empresa fundada por Elon Musk en 2016 que se centra en desarrollar interfaces entre el cerebro humano y la computadora. Su objetivo principal es crear dispositivos implantables en el cerebro que permitan una comunicación directa entre la mente y las computadoras, con la finalidad de mejorar las capacidades cognitivas y tratar diversas condiciones médicas.
Para ello, Neuralink utiliza electrodos de alta densidad para registrar la actividad neuronal en tiempo real y transmitirla a un sistema informático externo. A través de esta interfaz, se busca establecer una conexión bidireccional entre el cerebro y las máquinas, lo que permitiría tanto leer la actividad cerebral como enviar señales de vuelta al cerebro.
Neuralink promete mejoras en la comunicación y la movilidad para personas con discapacidades, así como la capacidad de controlar dispositivos electrónicos con el pensamiento. Además, se plantea el potencial de utilizar esta tecnología para tratar trastornos neurológicos como el Parkinson o la depresión.
Recientemente Elon Musk anunció que cuentan con los permisos para comenzar las pruebas en humanos, hoy ya está abierta en su sitio web la posibilidad de inscribirse en el registro de pacientes, para el cual cuentan como requisito ser estadounidense, mayor de 18 años pudiendo dar su consentimiento y a su vez que la persona tenga alguna discapacidad o afección de salud como cuadriplejia, paraplejia, personas con pérdida de la visión, audición y/o incapacidad para hablar.
Pero, ¿qué impactos puede tener Neuralink en una persona? Si bien se busca, por supuesto, generar mejoras en la salud y mejoras en la capacidad cognitiva, por sus características de tan reciente innovación, puede tener efectos secundarios desconocidos, pudiendo surgir reacciones inesperadas del cuerpo o del sistema nervioso central. También definitivamente puede vulnerar la seguridad y privacidad de las personas, a través del acceso a datos personales y cerebrales de la persona. Podrían surgir preocupaciones relacionadas con la identidad, la autonomía y la percepción de la privacidad y la integridad personal. Suena descabellado pero su implementación parece muy cerca y como todo avance tecnológico provoca una mezcla de asombro y desconfianza.
Ustedes, si cumplieran con los requisitos, ¿se animarían?